TEMAS DE CULTURA ESPAÑOLA / Poesía

Marcha triunfal de Rubén Darío

Para escuchar y leer

Rubén Darío nos acompaña en los viajes culturales por España

Te ofrecemos en esta entrada la recomendación de escuchar el recitado de este emblemático poema al mismo tiempo que lo lees.

 Ya sabes que Rubén Darío ha sido considerado como «Príncipe de los poetas» por ser uno de los mayores renovadores de la poesía hispánica moderna. Como personalidad más destacada del llamado modernismo poético trajo a la literatura en español dos grandes novedades, a saber:

  •  Una temática plagada de jardines decadentes y princesas, que con el tiempo pasó completamente de moda.
  • Una revolución métrica, cuyas consecuencias se extienden hasta nuestros días y que ha influido en la mayoría de los poetas posteriores. De hecho, el artículo sobre las reglas de la poesía y la música que escribe Federico García Lorca en 1917, y que te recomendamos leer entero, cita expresamente la Marcha Triunfal de Ruben Darío como ejemplo de ruptura creativa de lo establecido.   [1]Darío emplea en este caso una cláusula trisilábica -oóo-  que se puede encontrar en otras composiciones como «La marcha de las banderas», de Leopoldo Lugones. Pero la gran novedad consiste en … Continue reading

Para disfrutar lo que te referimos te  recomendamos vivamente: que le des al play del vídeo que acompañamos; y  te regales el gusto de leer, a la vez  que escuchas el audio del vídeo, este poema que el propio Darío describe como «un triunfo de decoración y de música» en su imprescindible obra Historia de mis libros

Reproducir video acerca de Desfile triunfal de soldados romanos para evocar las imágenes del famoso poema de Rubén Darío.

Marcha Triunfal

¡Ya viene el cortejo!

¡Ya viene el cortejo!

Ya se oyen los claros clarines.

La espada se anuncia con vivo reflejo.

Ya viene, oro y hierro,

el cortejo de los paladines.

 

Ya pasa.

Debajo, los arcos

ornados de blancas Minervas y Martes,

los arcos triunfales,

en donde las Famas erigen

sus largas trompetas,

la gloria solemne de los estandartes,

llevados por manos robustas

de heroicos atletas.

 

Se escucha el rüido que forman

las armas de los caballeros,

los frenos,

que mascan los fuertes

caballos de guerra,

los cascos

que hieren la tierra

y los timbaleros

que el paso acompasan

con ritmos marciales.

¡Tal pasan los fieros guerreros,

debajo los arcos triunfales!

 

Los claros clarines,

de pronto,

levantan sus sones,

su canto sonoro

su cálido coro,

que envuelve en un trueno de oro

la augusta soberbia de los pabellones.

Él dice la lucha, la herida venganza,

las ásperas crines,

los rudos penachos,

la pica,

la lanza,

la sangre

que riega

de heroicos carmines

la tierra;

los negros mastines

que azuza la muerte

que rige la guerra.

Los áureos sonidos

anuncian el advenimiento

triunfal de la Gloria.

 

Dejando el picacho

que guarda sus nidos

tendiendo sus alas enormes al viento

los cóndores llegan:

¡Llegó la victoria!

 

<<¡Ya pasa el cortejo!>>

-señala el abuelo los héroes al niño-.

Ved cómo la barba del viejo

los bucles de oro circunda de armiño.

 

Las bellas mujeres aprestan

coronas de flores.

Y bajo los pórticos

se ven sus rostros de rosa.

Y la más hermosa

sonríe al más fiero de los vencedores.

 

¡Honor al que trae

cautiva la extraña bandera!

¡Honor al herido!

¡Y  honor a los fieles

soldados que muerte encontraron

por mano extranjera!

 

¡Clarines!

¡Laureles!

Las nobles espadas de tiempos gloriosos,

desde sus panoplias saludan

las nuevas coronas y lauros.

 

Las viejas espadas de los granaderos,

más fuertes que osos,

hermanos de aquellos lanceros

que fueron centauros.

 

Las trompas guerreras resuenan

de voces los aires se llenan…

 

A aquellas antiguas espadas,

a aquellos ilustres aceros

que encarnan las glorias pasadas…

Y al sol!

que hoy alumbra

las nuevas

victorias ganadas 

y al héroe

que guía su grupo de jóvenes fieros

al que ama

la insignia del suelo materno,

al que ha desafiado,

ceñido el acero y el arma en la mano,

los soles del rojo verano

las nieves y vientos

del gélido  invierno,

la noche,

la escarcha

y el odio y la muerte,

por ser por la patria inmortal

saludan, con voces de bronce,

las trompas

de guerra

que tocan la marcha triunfal.

Bibliografía y fuentes multimedia

Notas

Notas
1 Darío emplea en este caso una cláusula trisilábica -oóo-  que se puede encontrar en otras composiciones como «La marcha de las banderas», de Leopoldo Lugones. Pero la gran novedad consiste en el empleo de esta misma cláusula en  toda una estructura no estrófica y con versos de tamaño desigual. La edición que nosotros ofrecemos aquí adapta el corte de verso al tamaño de los libros de bolsillo de hoy que son los teléfonos móviles, un artificio que no altera en absoluto la musicalidad del texto soportada por la disposición de acentos, como recurso principal

Redacción de Hispanofilia.es